- Comenzaste a leer a una edad relativamente temprana.
- Has dejado asombrado a tus padres o docentes con tu vocabulario tan avanzado.
- No aprendiste a andar en bicicleta hasta los 9 o 10 años y sos extremadamente torpe con tus habilidades motoras finas y gruesas.
- Tus padres o docentes se niegan a reconocer que tus dificultades no son fruto de tu propia pereza, la falta esfuerzo, ineptitud o mala actitud.
- Tenés un padre o familiar que te “mima” y “sobreprotege”.
- Cuando tus docentes hablan con tus padres, levantan sus manos en señal de frustración, diciendo: “Ya no se que hacer con él” .
- Has sido etiquetado como un problema de disciplina. No exactamente un como un serio problema, pero sí que requiere atención.
- Tus maestros suelen preguntarte “¿Por qué siendo tan brillante, no utilizas todo tu potencial?”
- Te has sentado frente a tu trabajo de lengua y te has quedado mirándolo sin poder escribir una o dos oraciones.
- Tenés muy pocos amigos. Otros chicos te ven como poco divertido o como un “nerd”.
- Te llevás mejores con los adultos que con tus propios compañeros.
- Si sos un adulto joven, tal vez estés desempleado o subempleado porque no encontrás un ambiente de trabajo acorde a tus habilidades y fortalezas.
- Sufrís de depresión, baja autoestima o soledad, pero a medida que crecés vas desarrollando habilidades para enfrentarlas.
sábado, 19 de diciembre de 2009
¿Te suena familiar?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario